Este proyecto consistió en el desarrollo de una campaña gráfica para el lanzamiento de un nuevo modelo 100% eléctrico de Ferrari, combinando sostenibilidad con el carácter emocional y sensorial propio de la marca.
El reto principal fue trasladar visual y conceptualmente los valores tradicionales de Ferrari —lujo, velocidad, potencia y sonido— a un vehículo eléctrico, sin perder la esencia que lo distingue.
La campaña se compone de dos piezas clave: un cartel de expectativa y un cartel de lanzamiento.
El cartel de expectativa emplea una metáfora visual entre el caballo y el coche, estableciendo analogías entre las partes del animal (ojos, patas, pelaje…) y las del automóvil (luces, ruedas, carrocería), reforzadas con frases que aluden a la conexión entre naturaleza y máquina. El concepto gira en torno a la idea de que “la emoción no se apaga”.
El cartel de lanzamiento, por su parte, presenta el nuevo modelo eléctrico con una imagen potente y limpia, acompañado de un mensaje que subraya el equilibrio entre innovación tecnológica y fidelidad al espíritu de la marca. Se destaca especialmente el desarrollo de un sonido artificial exclusivo que mantiene la personalidad acústica de Ferrari, incluso en su transición eléctrica.